Hay un sector de la sociedad que pide que le mientan para justificar su odio a la equidad * Conversación con Sandra Russo

Los últimos eventos ocurridos en Argentina (y los que vendrán en las semanas posteriores a la publicación de este texto) han generado una catarata de preguntas acerca de qué ocurre verdaderamente a nivel social en un país que es parte activa de este blog. Al recibir varios correos de lectores de Maculaturas, de España y América, preguntando o pidiendo que escribamos algo intentando echar luz sobre el accionar represivo y violento del Estado en relación con la desaparición seguida de muerte de Santiago Maldonado, me pareció erróneo escribir algo sin conocimiento de causa profunda al no estar presente allí; entonces le tiré la manga a una persona de conducta y carrera ejemplar, desde hace años, para muchos escritores y periodistas y docentes y, simplemente, lectores.

Hablamos con Sandra Russo, excelente escritora, editora y redactora, buscadora de la verdad, de esas mujeres que no se rinden, que no dan un paso atrás y que, hoy, se encuentra prohibida en Argentina por negarse a formar parte de un sistema sádico y mentiroso.
Autora de libros que valen para contar la verdad (La presidenta. Historia de una vida. SudamericanaJallalla: la Túpac Amaru, utopía en construcción, sobre la militante social Milagro Sala entre tantos otros) trabajó en las revistas más irreverentes de una sociedad que siempre ha parecido andar con pies de plomo a la hora de opinar, de contar, de decir.
Repito que le agradecemos esta enorme colaboración, porque más que una entrevista, es un ejercicio de respuestas que están ahí, a la vista de todos, apenas hacía falta alguien como ella, para señalar hacia ese sitio donde nos duele mirar.
Nosotros, desde Maculaturas, suscribimos por completo a cada letra, cada coma, cada respuesta, que nos brinda esta escritora que está por dar a luz un nuevo libro.

Pasen, vean, crean en la lucidez de una mujer que conoce ampliamente el paño y escribe para uno de los periódicos más leídos en Argentina, como Página/12  Creo que será muy difícil encontrar tanta sinceridad, tanta verdad puesta sobre la mesa con nombre y apellido.

Mil gracias, Sandra Russo, por darle a este medio un sitio donde ponerse.

(Advertimos que las opiniones volcadas en esta entrevista provienen de una persona con amplia experiencia en medios masivos de difusión, que ha trabajado (y trabaja) con grandes luchadores del periodismo y la justicia social .)

Maculat —Si alguien te hubiera dicho la fatídica semana que Argentina tuvo 4 presidentes, que en 15 años Macri estaría al frente de la Casa Rosada, ¿qué hubieras escrito en tu columna?

Sandra Russo —No tengo la menor idea. Pero creo que no me hubiera asombrado tanto como ahora, porque en realidad se trata de un mismo movimiento de la historia, interrumpida por doce años de disrupción, de anomalía. Desde que me acuerdo este fue un país de derecha, gobernado por militares o por dirigentes políticos que tenían como mandantes a las mismas cien familias. Yrigoyen, Perón, Alfonsín; Néstor y Cristina fueron los únicos, con sus enormes matices, que tajearon ese status quo. Cada uno lo pagó de alguna manera. Menos Néstor, que se fue de la presidencia con la imagen positiva más alta que ningún otro presidente, pero después padeció como propios los ataques a Cristina, porque los dos llevaban adelante el mismo proyecto político, más allá, obviamente de ser su compañero y arrepentirse de haberle elegido un vicepresidente (Julio Cobos) que la traicionó en su primer mandato. Pero Macri es un clímax, un colmo, una exacerbación de la derecha que conocíamos.

Maculat —Una funcionaria, Elisa Carrió, dos días antes de elecciones legislativas en Buenos Aires, soltó un comentario de pésimo gusto, comparando el cuerpo de Santiago Maldonado con Walt Disney. ¿Cómo podemos tener una dirigente que hace un comentario tan atroz como el de Disney y no pasa nada de nada? ¿Cómo se ha dado un paso atrás tan grave en lo que a la percepción de la sociedad respecta?

Sandra Russo —No pasa nada de nada, no. Gana las elecciones en la ciudad de Buenos Aires por más del 50 por ciento. Eso es lo más atroz. La sociedad argentina de derecha, las clases medias conservadoras y hasta parte de los sectores populares que se integraron a la clase media en los últimos años y gracias al país que están destruyendo, está reaccionando contra lo que el kirchnerismo dejó entrever, y es que es perfectamente posible la movilidad social ascendente y que la clase trabajadora puede “empoderarse”. Eso fue sistemáticamente abortado siempre. Macri tiene mucho de almirante Rojas. Hay algo de “viva el cáncer” (Pintadas que aparecían cuando se supo en la sociedad que Eva Perón tenía dicha enfermedad, la apodaban “la yegua” término altamente despectivo Ndr) contra Cristina. Esa frase ya adelantaba que la clase que se ve a sí misma como la portadora del ser nacional es bárbara, incivilizada, impiadosa y brutal.

Maculat —Cómo sigue el tema de Santiago Maldonado en las calles, o en los juzgados, en la Historia.

Sandra Russo —Los medios y el gobierno mienten a coro cada día. Todo lo que sucede es un disparate. Las causas contra Milagro Sala ( Dirigente social e indígena argentina, líder de la Organización Barrial Túpac Amaru, una organización integrante de la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA Ndr) son disparatadas, las causas contra Cristina por “Traición a la patria” otro disparate, y que Santiago Maldonado se ahogó porque sus amigos mapuches lo abandonaron en el río, que es la versión que preparan los periodistas sicarios por pedido de los funcionarios del área,
también es disparatado. Pero no hay un solo medio de comunicación opositor ahora. Un amigo de Macri acaba de comprar C5N que era el único canal de noticias ligeramente opositor. Hay una embestida frontal contra Página/12, porque quieren ahogarlo para que cierre. Este gobierno tiene una comunicación fascista, y quienes están trabajando hoy en los medios, al menos los analistas, los
conductores, los panelistas de decenas de programas, son cómplices de todas esas mentiras. Saben que todo es mentira. No es una cuestión de opinión. Objetivamente un ex ministro sospechado de corrupción, Julio De Vido, acaba de ser desaforado por sus colegas del Parlamento y detenido sin proceso. Hay un consentimiento generalizado al fascismo democrático del régimen de Macri.

Maculat —Al ver los resultados de lo que elegimos desde 1984 en adelante, de cuánto nos ha costado ver lo evidente de la venta del País en los 90, o que parezca bien el accionar de la Gendarmería hoy, relacionado con el caso Maldonado. ¿Fue tan poderoso el lavado de cerebro que hay sectores que ven coherente el funcionamiento actual de los medios y los sistemas represivos que ostentan cada vez más poder?

Sandra Russo —Sí, fue y es muy poderoso. Por un lado son más de cuatrocientos medios de comunicación mintiendo sin parar un solo día desde hace años. Por el otro, hay un amplio sector de la sociedad que pide que le mientan para justificar su odio a la equidad, no quieren vivir en un país con equidad. Están eligiendo un país con privilegios, y no porque casi todos ellos sean privilegiados. El horror del fascismo democrático es que le hace sentir a mucha gente que es privilegiada sólo si hay muchos que sufren más que ellos. Es un régimen amoral.

Maculat —Y cuando parecía que un soplo de igualdad y justicia social nos llegaba, de vuelta se divide todo, pero de una manera aberrante. ¿Es la parte definitiva del plan esta reforma educativa que quieren meter ahora en Argentina?

Sandra Russo —La reforma educativa es un eje del nuevo orden mundial que lidera Estados Unidos. Hay represión, lucha, violencia sobre estudiantes y maestros en México, Perú, Colombia, Chile, ahora Argentina. Cada reforma es ligeramente distinta, y cada país tiene umbrales de tolerancia al maltrato. La Argentina viene de doce años de no criminalización de la protesta social, de paritarias libres, de movilidad social ascendente, de revisionismo histórico. Por eso Santiago Maldonado es un nombre hoy conocido mundialmente, mientras por ejemplo en México se descruben a cada rato fosas comunes y nadie sabe quiénes son los muertos. Macri nos está instalando en un bloque de países gobernados por narcogobiernos. La lucha contra las mafias es una frase hecha que no significa nada más que cinismo.

Maculat —¿Cómo es tu trabajo en el día a día? Hoy con mucho en contra de nuevo, y siendo consciente de que los medios están mintiendo con cada paso que da el gobierno. ¿Estás sintiendo la presión de un sistema que es cada vez más agresivo con los opositores? La situación de Milagro Sala, por ejemplo.

Sandra Russo —Hace dos años que estoy prohibida. No puedo trabajar en ninguna radio. Soy activa en las redes. Vivo de la docencia. Hago talleres de escritura creativa desde hace muchos años. Presenciales y virtuales. Escribo libros. Ahora saldrá el nuevo, "Veintidós cuentos cortos y ligeros”. Me encanta ese trabajo. Pero obviamente padezco cada instante la opresión, y cada día la gente tiene más miedo. Quieren encarcelar a muchos. Reprimir a muchos. Están listos y lo hacen saber. Es muy doloroso todo esto. Lo de Milagro es tremendo. Quieren inducirla al suicidio. Es algo sobre lo que el asesor de Macri, Durán Barba, ha escrito libros. Acorralar al enemigo hasta que se quiebre y llegue al suicidio. Son psicópatas.

Maculat —¿Tendrás alguna teoría de qué demonios está pasando a nivel socio cultural en Argentina? ¿Es todo culpa del Menemismo? ¿O qué estamos pagando?

Sandra Russo —Luis Brushtein escribió en Página12 la semana pasada que así como antes los gays salían del closet, hoy los fachos salen del closet. Es la lógica de los linchamientos de la edad media, la lógica del circo romano, la de la inquisición, la cultura de la muerte y la mordaza. Quieren convertir el kirchnerismo en un delito.

Maculat —A nivel cultural, hablando ya de la situación Argentina, ¿cómo vamos? ¿Qué esperanza tenemos, hoy, Sandra?

Sandra Russo —La Argentina es un hervidero porque doce años no pasaron en vano. Hay miedo y hay mucha confusión, pero la gente se junta de mil maneras todo el tiempo. Todos los días hay gente en la calle, pero también en los locales políticos, en casas particulares, en ateneos, en centros culturales. Hay intentos de organización y resistencia. Es duro, porque estamos formados en la cultura de la vida. Esto no tiene absolutamente nada que ver con los 70. La gente quiere pelear pacíficamente, reclamar por sus derechos pacíficamente. Sabemos que están esperando una chispa para caer sobre la muchedumbre. La policía se infiltra en cada marcha y provoca vandalismo para justificar la represión. Es la propia gente la que los aísla y los pone en evidencia. Eso es alta cultura democrática.

Maculat —Última: Desde fuera, la sensación es  que hay una ruptura tan importante en Argentina, una brecha tan amplia que suena a no tener vuelta atrás, y los resultados de las últimas elecciones no nos dan otro panorama, ¿Cuál crees que es el paso a seguir? (Además que ni un paso atrás, claro)

Sandra Russo —Claro, es una grieta imposible de cerrar, pero es la de siempre. La de hace doscientos años, la única diferencia es que venimos de doce años en los que ese poder hegemónico se fracturó porque el poder político no le respondió. Esto es la reacción a eso. Quieren escarmentar para que no vuelva a suceder. No sé cómo terminará esto, es posible que con violencia. Pero no van a poder disciplinar ni quitarle su identidad política ni su manera de concebir la vida a la mitad del país. Es imposible. Esto tarde o temprano se termina.

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Texto por Sebas Abdala

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